Parece que en los últimos años las rotondas o glorietas se han puesto de moda. Y con ellas ha llegado también el problema de dilucidar quien es el culpable en caso de accidente. Unas pequeñas claves nos pueden ayudar a arrojar algo de luz en este tema.

  • La preferencia siempre es para los vehículos que circulan por la rotonda frente a los que se quieren incorporar.
  • Aunque veamos que hay vehículos que se quieren incorporar, no tenemos ninguna obligación de facilitarles el paso cambiándonos al carril izquierdo. Lo cual no contradice la obligación de los conductores de facilitar el paso de otros vehículos. Lo cortés no quita lo valiente.
  • Numerosos siniestros ocurren incluso antes de acceder a la rotonda, por alcance,  en el ceda el paso. En estos casos, la responsabilidad siempre es del coche que golpea por detrás, incluso cuando el vehículo delantero haya frenado de forma repentina y sin motivo aparente.  La razón es clara. Siempre hay que dejar una distancia de seguridad que evite cualquier imprevisto.
  • Siempre debemos indicar nuestras maniobras, a través de luces intermitentes.
  • Cuando se circula por el carril interior no se debe abandonar la rotonda, en este caso debemos ir incorporándonos al carril derecho.

Si tenemos en cuenta estas cuestiones, tendremos más clara la responsabilidad del vehículo en caso en caso de siniestro en el interior de la rotonda.