Una de las decisiones más apetecibles a la hora de comprar un coche es elegir su color, que normalmente lo escogemos por las sensaciones que nos transmite o por su relación con el modelo del vehículo. Todo esto nos da muchas pistas sobre la personalidad y el carácter del propietario y nos permite hacer un pequeño análisis sobre las características demográficas y estilos de vida, según un estudio realizado por una compañía de leasing.
Empecemos por los colores más básicos como el blanco y el negro. El primero está relacionado con personas de unos 38 años que tienen muchas posibilidades de ocupar un alto cargo en su empresa como directivos. Las personas con coches de color negro no significa que sean lo contrario a los propietarios de coches blancos, sino que tienden a ser personas con una media de edad de unos tres años más, y que se ven a sí mismos como personas inteligentes y creativas, abiertas a nuevas experiencias.
Adentrándonos en los típicos colores, destacan los conductores de automóviles azules que rondan los 45 años, saben escuchar y suelen ser más empáticos y objetivos. Los de coches verdes, sobre los 48 años, presentan un perfil más introvertido y poco materialista. Y, al contrario que estos últimos, y aunque parezca raro, los conductores de coches rojos son más introvertidos pero con tendencias impulsivas.
Los más felices son los dueños de vehículos grises y los de aquellos que lucen el plata metalizado (cercanos a los 45 años) considerados los emocionalmente más estables y relajados, poco propensos a la ansiedad gracias a que se definen como muy organizados y poco impulsivos. Por último, los colores de carrocería beige o marrón suelen corresponder a personas más jóvenes y tímidas.
A la hora de asegurar el vehículo, algunas compañías contemplan el color como una variable de riesgo, sobre todo en el mercado norteamericano, donde los coches más penalizados son los rojos y amarillos. Estos colores se vinculan allí con vehículos deportivos y, por tanto, con una conducción por lo general más agresiva.
En Lagun Aro, no consideramos el color un factor de riesgo pero sí que es cierto que hay ciertos colores que son más difíciles de ver por el resto de conductores y peatones, como ocurre con los grises y negros (sobre todo de noche), de ahí que en muchos países europeos es obligatorio circular con las luces de cruce para facilitar el contraste visual.