Copilotos que se duermen, copilotos tipo GPS, copilotos cantarines… Hay muchos tipos, pero vamos a hacer un repaso de las características que debe cumplir el perfecto copiloto:
– Debe ser activo, diligente y colaborativo. Controla el interior del vehículo a la perfección, tanto la carga como al resto de los pasajeros. Este excelente compañero tiene presente cuál es el destino y no ceja por alcanzarlo.
– El copiloto completo hace todo lo posible por no distraer al conductor. Lo peor que puede pasar es un conductor distraído en una sesión de karaoke o enfrascado en una amarga discusión de pareja.
– Un copilo ideal está atento a las señales del entorno. Está pendiente en todo momento de las indicaciones de la carretera. Es un acompañante que nunca se perdonaría el saltarse la salida.
– El inmejorable cumple todas las normas que garantizan una conducción escrupulosa. Es más rápido en atarse el cinturón que la alarma en saltar. Además, espera eso mismo del resto de ocupantes del vehículo.
– Por último, el copiloto impecable se encarga de las necesidades de los pasajeros de los asientos traseros. Es un asistente entregado e, incluso, atiende peticiones musicales.