En los medios de comunicación es muy frecuente que estos tres términos se utilicen de manera indistinta cuando en realidad a veces no es apropiado equipararlos: “El hurto se produjo de forma violenta”, “Los ladrones robaron la joyería y huyeron” o «No se percató del asalto en el que le sustrajeron la cartera”.
Según el Diccionario de la lengua española, el hurto es ‘el delito que consiste en tomar o retener bienes ajenos contra la voluntad de su dueño, sin intimidación en las personas ni fuerza en las cosas’. No es recomendable confundirlo con robo, que se define como ‘la apropiación de algo ajeno con violencia o fuerza’, ni con atraco o asalto, que es ‘apoderarse de algo por la fuerza, con las armas y por sorpresa’ o incluso con expoliación, que incluye violencia o intimidación física contra las personas.
Por lo tanto, la diferencia entre estos conceptos está marcada por la violencia con que se cometa el acto en sí. En los ejemplos anteriores hubiese sido recomendable haber escrito “El robo se produjo de forma violenta”, “Los ladrones asaltaron la joyería y huyeron” y “No se percató del hurto en el que le sustrajeron la cartera”.
Es importante conocer estos matices del idioma ya que estos conceptos no son utilizados de forma arbitraria. De hecho, también la policía determina el tipo de denuncia (si es robo, atraco o hurto) en función de lo que declara el denunciante.
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