Como meros usuarios de internet tendemos a pensar que no somos interesantes ni relevantes para los estafadores digitales. Pero los datos revelan que nada más lejos de la realidad. Solo en 2018 hubo más de 88.800 ciberestafas, casi el doble que el año anterior. ¿Sabemos cómo protegernos? Te damos algunos consejos para evitar que seas víctima de los nuevos timos de la era digital.

Desde falsas ventas por internet hasta alquileres vacacionales ficticios en los que los afectados, una vez pagada la reserva de su apartamento, se quedan sin apartamento y sin dinero. Estas son algunas de las ciberestafas más comunes que se detectaron el año pasado en nuestro país.

A parte de ser desconfiados por naturaleza ante cualquier chollo o solicitud de información “sensible” (datos personales, bancarios, etc.), podemos tomar algunas precauciones.

Cuatro precauciones básicas que debemos tener

  • Utilizar páginas de confianza: suelen ser aquellas que usan el protocolo https (en el navegador antes de la dirección web aparece https en vez de solo http) y conexión directa. Es importante también que la web tenga los datos de identificación de la empresa en el aviso legal. Como recomendación, procura comprar en páginas europeas.
  • Revisar las condiciones de compra: antes de realizar cualquier transacción debemos conocer los plazos de devolución, cuánto nos cobran por los gastos de envío, etc. para evitar sorpresas.
  • Ojo con las tarjetas del banco: lo mejor es que utilices una solo para las compras online (una tarjeta virtual) que sea de recarga e independiente de tu cuenta bancaria.
  • Usar contraseñas seguras: es una lata rememorar ciertas contraseñas que incluyen un sinfín de caracteres extraños pero no queda otra si queremos proteger nuestros datos. Si manejas un número importante de contraseñas o te cuesta memorizarlas, puedes utilizar algún programa de gestión de contraseñas. Son como un almacén seguro de contraseñas y nos ayudarán a iniciar sesión, comprar online o compartir archivos digitales, por ejemplo, sin tener que recordar las claves de cada plataforma. En la web de la OSI encontrarás varios programas gratuitos de cifrado de datos y gestión de contraseñas.

Vishing, lo último en estafas telefónicas

Ofertas irrechazables, una voz robótica al otro lado que asegura que tu cuenta ha sido atacada y que para protegerla tienes que llamar a un número de teléfono, y además, hacerlo rápido porque te arriesgas a perderlo todo. Solo te salvarás si les proporcionas tu número de cuenta o tarjeta de crédito…

No, no es el comienzo de Cuarto Milenio sino lo último en estafas telefónicas. Se conoce como vishing: combinación de los términos voz (voice) y phishing, o lo que es lo mismo, suplantar la identidad de nuestro banco y robarnos nuestros datos a través de una llamada telefónica, normalmente mediante un sistema automatizado.

En estos casos, las recomendaciones frente al vishing son varias:

  • No contestar llamadas provenientes de números desconocidos. Si directamente dejamos que salte el contestador, nos será más fácil comprobar si se trata de un número fraudulento, mientras que si contestamos, ya le estamos confirmando al estafador que el número está activo y le abrimos las puertas a que vuelva a llamar.
  • Usar alguna aplicación de identificación de llamada: existe un buen número de aplicaciones que puedes descargar en tu móvil y que te permiten desde bloquear números que ya se han confirmado que son peligrosos hasta rastrear desde qué país o ciudad te llaman (Truecaller, Whoscall, CallApp, TrapCall, Call Blocker, Mobile Caller Location Tracker…).
  • Y, por supuesto, nunca facilitar información personal. Tu banco nunca te la va a solicitar por teléfono.

Ejemplo de fraude telefónico

Los ciberdelincuentes también trabajan para robar información corporativa. En el siguiente vídeo de INCIBE, el Instituto Nacional de Ciberseguridad, puedes ver un ejemplo de ello. Activa el audio, dale al play y comprueba cómo una ciberdelincuente es capaz de conseguir información crítica de un empleado de una empresa.