Si tienes un seguro privado, ya sabrás de que te hablamos. El copago es una suerte de franquicia. Es decir, es la cantidad mínima que pagas cuando recibes atención médica. Cada vez que acudes a tu médico, tienes que presentar tu tarjeta y abonar esa cantidad que te facturarán al mes siguiente.

Cada vez más, las aseguradoras ofrecen este tipo de seguros. El importe del copago varía en función del tipo de seguro contratado. Algunos ofrecen cuotas menos elevadas a costa de copagos más altos o al revés. Tendrás que estudiar y valorar la opción que mejor se adapte a tus necesidades.

El copago no es obligatorio en todas las visitas, depende de los servicios o las características particulares del tipo de seguro contratado. Normalmente, las consultas al médico de familia no conllevan copagos pero sí la visita a especialistas o la realización de pruebas específicas.