Ya sabéis que en Lagun Aro nos hemos sumado a la plataforma climática ® de Euresa. Así, cada mes os hablamos sobre diferentes aspectos relacionados con el cambio climático y sobre lo que podemos hacer, entre todos, para frenarlo.
En este post, queremos saber cómo afecta el uso de nuestro vehículo al medio ambiente. Y es que el sector del transporte es el que más emisiones de gases de efecto invernadero produce. De hecho, el CO2 que emiten automóviles, autobuses o aviones causa graves consecuencias en la atmósfera y en la salud de los ciudadanos de las grandes ciudades.
Este gas supone un 80% de las emisiones totales a la atmósfera y es el resultado de la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas o el carbón.
Para que os hagáis una idea, en Europa, el 75% de las distancias se recorren en coche, un 16% en transporte público y un 8% en avión. En 2006, había casi un automóvil por cada dos europeos y la distancia media recorrida por persona y día era de 34 kilómetros.
La mayor parte de estos kilómetros se realizan para practicar actividades de ocio, seguido por recorridos con fines profesionales y educativos o para otros usos, como ir a hacer la compra, por ejemplo.
De todas formas, la emisión de gases generada no sólo depende de los kilómetros recorridos, sino también de factores como el tipo de transporte, el número de pasajeros por vehículo o el carburante empleado.
En cuanto al transporte aéreo, las emisiones en vuelos cortos tienen mayor incidencia que los de larga distancia, ya que el despegue y el aterrizaje son los procesos de mayor impacto sobre la atmósfera.
Para conocer el consumo y emisiones de nuestro vehículo, contamos con la etiqueta energética, que recoge información sobre el consumo de combustible y sus emisiones de CO2. Gracias a ella, podemos conocer el impacto ecológico de nuestro vehículo, ya que en los últimos años los automóviles están cada vez mejor equipados y, por tanto, presentan un mayor consumo de energía.
Pero ¿cómo puedes contribuir tú a mejorar el clima? Pues con la adopción de una serie de sencillos hábitos como son:
- Utilizar el transporte público, ya que ofrece mejores resultados en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero.
- Usar el coche sólo cuando sea estrictamente necesario o compartir su uso. Un vehículo con todas sus plazas ocupadas emite menos CO2 por persona.
- Conducir ecológicamente. Reducir la velocidad, conducir sin baca o aumentar la presión de los neumáticos ayuda a consumir menos carburante.
- Buscar otras alternativas. Utiliza la bicicleta o desplázate a pie si se trata de distancias cortas.