El cambio de estación está asociado con las alergias o con el cambio de armario, entre otras cosas. Casi nadie piensa en el cambio de temporada y se acuerda de los neumáticos de su coche. Sin embargo, en el mercado tenemos neumáticos para todas y cada una de ellas. Neumáticos de verano, de invierno y “All Season” –todo el año-. Veamos algunas de sus características.
Huelga decir que casi todos ellos están diseñados para cualquier época del año. Todo depende del lugar en el que vivas. No es lo mismo el verano sevillano que coruñés, por poner un ejemplo, que no es ni tan extremo. El diseño y las características del neumático de verano están optimizados para mejorar el agarre, reducir la resistencia a la rodadura y permitir una conducción más suave y precisa en épocas de canícula.
Los neumáticos de invierno, en cambio, cuentan con compuestos especiales para mejorar el agarre a bajas temperaturas y una banda de rodadura pensada para el agarre en nieve. En algunos casos pueden ser sustitutivos de las cadenas. Sus prestaciones los convierten en los mejores para situaciones de lluvia o de temperatura inferior a los 7 grados centígrados.
Los neumáticos “All Season” están a caballo entre ambos tipos. No se puede decir que ofrezcan las prestaciones de los neumáticos de invierno para carreteras nevadas o heladas, pero tienen unas ranuras más profundas que los neumáticos estivales. Son ideales para zonas costeras donde la nieve no es frecuente y las temperaturas no son excesivamente bajas.