Poco a poco van llegando los nuevos contadores de luz, los denominados contadores inteligentes. De hecho, ya hay más de 27 millones de ellos en nuestro país; aproximadamente en el 40% de los hogares. El objetivo es que para 2018 todos los hogares dispongan del nuevo contador.
Sin embargo, aún no tenemos muy claro qué ventajas o desventajas nos ofrecen y sobre todo si vamos a poder ahorrar o no en la factura de la luz. Lo cierto es, según la ley, todos aquellos usuarios que tengan contratada una potencia inferior a 15 kilovatios, deberán instalar obligatoriamente el nuevo contador. Este cambio afecta a aproximadamente a unos 29 millones de hogares.
La instalación corre a cargo de cada una de las compañías distribuidoras, que deben proceder al reemplazo de los contadores progresivamente, avisando a cada cliente con tres meses de antelación.
El contador transmite información al instante de nuestro consumo eléctrico y podemos comprobar a diario en la página web de Red Eléctrica cuál va a ser el precio de la electricidad en las 24 horas siguientes, y en función de eso hagamos un plan sobre su consumo diario.
Los precios se publican cada día a las ocho de la tarde del día anterior, y también se puede consultar el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), que sustituye a la anterior Tarifa de Último Recurso (TUR).
Esa sería una de sus principales ventajas. Pero hay más:
- Los contadores son más precisos y permiten una lectura en tiempo real, con lo cual la tarifa está más ajustada al gasto real.
- Aportan mayor comodidad, pueden ser instalados donde quieras.
- Las reducciones o aumentos de potencia se pueden hacer a distancia, no es necesario que el técnico vaya a casa, con lo cual no pagaremos este gasto.
En cuanto a sus posibles desventajas:
- El cliente final, de momento, solo puede acceder a la información de su consumo a través de la factura de la luz.
- No son tan resistentes, su vida útil es más corta que la de los analógicos, habrá que cambiarlos más a menudo.
- La cuota por alquiler es un 20% más cara que los analógicos, aproximadamente un euro al mes, frente a los 60 céntimos de los analógicos.